ESTELA GARCÍA FERNÁNDEZ
Universidad Complutense de Madrid
Poder y eutaxia. La construcción de un orden exterior en la república romana
La idea de poder suele despertar juicios de carácter moral, puesto que frecuentemente se asocia poder y violencia, y no poder y eutaxia. En el caso de Roma además la ecuación poder y violencia adquiere una justificación histórica evidente pues en época republicana estamos ante una ciudad que se está configurando como un imperio, y todo imperio presupone violencia y depredación para ser constituido. Ahora bien, como precisó H. Arendt, poder y violencia son dos fenómenos distintos, que sin embargo normalmente aparecen juntos como si fueran palabras sinónimas o conceptos equivalentes. En realidad la identificación o equivalencia del poder con la violencia, parte de una visión del poder como acto de dominación. Si todo se reduce a quién manda a quién todo acaba siendo equivalente porque todo cumple la misma función el poder, la violencia, la autoridad y las leyes e instituciones, serán todo uno y lo mismo, porque se percibirán como simples elementos encubridores o manifestaciones secundarias de fuerzas subyacentes de una voluntad de dominio. El Poder corresponde a la capacidad humana no simplemente de actuar, sino de actuar concertadamente, es inherente a la propia existencia de la comunidad política y no necesita, a diferencia de la violencia, justificación, sino legitimidad. El dominio que Roma construyó en el exterior es esencialmente político y su estabilidad deriva de su eutaxia, término que puede ser traducido como buen orden o buen ordenamiento. El uso del término eutaxia, hay que entenderlo en un contexto formalmente político, y no en un contexto ético, moral o religioso (es decir no en el sentido de “buen orden”, como orden social o como orden justo etc). En este punto se entiende, siguiendo a G. Bueno, que en la expresión “buen ordenamiento”, el adjetivo “bueno” significa capaz (en potencia o virtud) para mantenerse en el curso del tiempo. En este sentido la construcción de un orden exterior de carácter político (y eutáxico por cuanto permaneció en el tiempo) fuera de las fronteras de propio pueblo, de la propia civitas, es una creación específicamente romana. A analizar algunos de los elementos que posibilitaron la construcción de una estructura eutáxica de dominio se centrará esta propuesta.